Petroecuador y la UAFE crearán unidad contra lavado de activos

Una unidad contra el lavado de activos y prevención de delitos se creará en la empresa pública Petroecuador, por un convenio celebrado ayer con la Unidad de Análisis Financiero y Económico (UAFE).

El acuerdo de cooperación fue suscrito entre Diana Salazar, directora de la UAEF, y Carlos Tejada, gerente general de Petroecuador.

Ambas instituciones desarrollarán iniciativas de prevención, detección y erradicación del delito de lavado de activos y financiamiento de ilícitos. La unidad especial operará desde la próxima semana.

En la última  década Petroecuador fue escenario de millonarios casos de corrupción que hoy son investigados por la justicia.

Tal fue la situación que, a decir de Tejada, la petrolera “estuvo a punto de quebrar en todos sus ejes”, pues se cometieron irregularidades no solo en el área financiera, sino también en la parte técnica, por lo que ahora algunas obras, como la Refinería de Esmeraldas, operan con complicaciones en sus sistemas.

Los ilícitos fueron cometidos a todo nivel tanto por funcionarios con altos cargos como por aquellos de escalas remunerativas más bajas, indicó el gerente, quien agregó que la actual administración  implementó una serie de medidas de lucha contra la corrupción.

“Había limitada entrada de determinados organismos de control, se blindaban a sí mismos. Fue una estructura de corrupción perfectamente armada, establecida, blindada”, manifestó.

Los controles implicarán la revisión de las cuentas personales de todos los funcionarios de la empresa.

Por su parte, Diana Salazar señaló que el pedido de apoyo a la UAFE se dio con la intención de transparentar la situación de la petrolera.

Advirtió que las auditorías no serán un instrumento de persecución, sino que servirán para prevenir delitos de corrupción.

En su primera aparición pública tras ser designada al frente de la UAFE, en febrero, Salazar adelantó que en los próximos días la unidad revelará importantes avances en las investigaciones que ejecuta.

Fuente: El Telégrafo