Las Orquídeas tiene su propia calle Ayacucho

En una ciudadela del norte de Guayaquil, en Las Orquídeas, también existe una feria que cada vez más vende repuestos para autos. Más de uno incluso ha llegado a comparar el sector con la calle Ayacucho, en el centro, donde a lo largo de 26 cuadras se levantan alrededor de 150 negocios de este tipo.

Claro está que en el norte aún no hay tantos, coinciden los residentes. Sin embargo, precisan, ya hay suficientes, más de 45, que les permiten adquirir sus accesorios sin tener que recorrer los 13 kilómetros de distancia que, por ejemplo, hay entre ambos sectores; y con ello ahorrar no solo gasolina, sino tiempo y dinero.

Para Danilo Mendoza, quien habita en Sauces 7 y ayer llegó al sitio para comprar los faros de su camioneta, una Ford 150, la proliferación de los locales, que se sitúan en la avenida Francisco de Orellana, entre el redondel de Las Orquídeas y la calle 24A, precisamente donde termina la cuadra, le viene como “anillo al dedo”.

“Antes, cuando necesitaba algo, tenía que ir al centro y con el tráfico terminaba ofuscado. A veces demoraba hasta una hora en llegar. Era estresante”. Ahora, cuenta, no tarda ni 10 minutos, y más aún, si el problema con su auto se complica, tiene para escoger entre las decenas de talleres que se encuentran en Los Vergeles, cerca del sitio.

Según Laura Toscano, propietaria de Automotriz Zamtos, una de las primeras en asentarse, fue en el 2018 que la oferta automotriz allí se ha multiplicado.

“Cuando llegué, hace 13 años, no había más que dos o tres locales…, así pasamos ocho años. Ahora como verá somos muchos, somos como una sucursal de Ayacucho”, piensa Toscano, quien se instaló en ese tramo de la Francisco de Orellana por estrategia comercial. Su esposo había inaugurado una mecánica.

Sin embargo, el resto de locales, la mayoría, llegó porque en el centro no había ya cabida para más establecimientos; y porque, además de ser un mercado nuevo, los clientes que atendían en Ayacucho -donde más de uno tiene aún su oficina matriz- eran de la Alborada, La Garzota, Mucho Lote, Villa España, Álamos Norte, Samanes, Guayacanes, Bastión…

“Por años, ellos nos pedían que nos cambiemos, pero en el 2017, luego de analizar bien los pros y contras, lo hicimos. Y sí que nos ha ido bien”. Incluso, reflexiona Víctor Silva, administrador de La Casa del Empaque, tienen compradores que llegan desde La Joya, Villa Club y otros complejos de la vía a Salitre, además de Ciudad Celeste y de una que otra ciudadela de La Puntilla.

Jénnifer Chávez, administradora de Autorrepuestos Pincay, lo corrobora, haciendo hincapié en que están dándole identidad comercial a la zona.

Un factor, según Rolando Mora, vecino de Las Orquídeas, favorable. Y no solo porque con la llegada de los consumidores aparecen otros comercios, como los restaurantes; sino que también el vecindario, sus calles (incluidas las intersecciones, donde la oferta de repuestos ha empezado a tener presencia), lucen llenas hasta las 19:00, que cierran sus puertas, lo que vuelve, a su juicio, más seguro el barrio.

“Ves a gente por todos lados, trabajando, vendiendo, tapizando asientos”. Es como estar en una feria de accesorios, agrega Arianna Cáceres, propietaria de un minimarket que es visitado por los residentes y clientes, y asimismo por los -aún- pocos comerciantes informales que, como se observa en Ayacucho, permanecen a un costado de la vía ofreciendo colocar desde focos y retrovisores hasta las películas de un auto.

Fuente: El Expreso