La intervención en el campo petrolero Ishpingo, el último del bloque 43 ITT (Ishpingo, Tambococha y Tiputini) tiene luz verde. El Ministerio del Ambiente ya emitió las licencias que permitirán explotar las plataformas A y B de esta área (ver gráfico).
Estas dos plataformas, en las que se construirán pozos petroleros, se encuentran fuera del área de amortiguamiento del Parque Nacional Yasuní, precisó el pasado jueves 25 de julio de 2019 Carlos Pérez, ministro de Energía y Recursos Naturales no Renovables. “Si bien hay la posibilidad de trabajar en esta zona, el presidente Lenín Moreno ha dispuesto no intervenir allí”.
El propósito de esta decisión es evitar posibles conflictos. La zona de amortiguamiento -donde se podrían levantar siete plataformas más- bordea el área intangible del parque, donde habitan pueblos en aislamiento voluntario.
Por esto, la prioridad es intervenir fuera de la zona de amortiguamiento. Petroamazonas, que está a cargo de la operación del bloque 43, está realizando los procesos para sacar a licitación la construcción de los accesos ecológicos y de las dos plataformas.
Según la petrolera estatal, se prevé realizar la adjudicación en un plazo de tres meses. Y luego se iniciará con la perforación de los pozos.
Así, se espera que los primeros barriles de este campo se extraigan entre abril y mayo del año próximo, informó Álex Galárraga, gerente General de Petroamazonas.
Anteriormente, la firma estatal esperaba contar con estos recursos a fines de este año, pero debido a la demora en la emisión de estos permisos se postergó la incorporación de alrededor de 15 000 barriles de crudo diarios hasta el 2020.
Las licencias se esperaban entre septiembre del 2018 y marzo pasado, pero se otorgaron recién hace un mes.
En función de esto, Petroamazonas tiene previsto terminar este año con una producción de 450 000 barriles de petróleo por día. En total, incluido el crudo de las firmas privadas, se espera cerrar con 560 000 barriles diarios.
Para alcanzar la meta de producción, Petroamazonas seguirá interviniendo en el bloque 43 ITT, pese a que la Defensoría del Pueblo exhortó en abril pasado al Estado ecuatoriano a suspender nuevas actividades petroleras en los bloques 31 y 43, que están dentro del Parque Nacional Yasuní.
Esta medida se tomó luego de una visita de cuatro días que realizó esta entidad junto a los colectivos ciudadanos Geografía Crítica del Ecuadory la Red Ángel Shingre. Estas organizaciones recurrieron a esta instancia por considerar que se habían vulnerado ciertos derechos durante el desarrollo de la actividad petrolera en el Yasuní. Para evidenciar lo ocurrido, en noviembre pasado realizaron una inspección física en los campos Tambococha, del bloque 43; y Apaika y Nenke, del 31.
Inspección en el ITT
En el informe Caso DPE-2201-220101-208-2018-000826, en el que se describe lo encontrado en esta visita, se señala que las actividades petroleras en esta zona han superado ya las 300 hectáreas autorizadas, que no se ha aplicado tecnología de punta y se ha explotado donde se asientan pueblos en aislamiento voluntario.
Por estos resultados la Defensoría del Pueblo exhortó al Estado a suspender toda nueva actividad petrolera en los bloques 31 y 43. Esto, “en consideración de que las actividades realizadas estarían ya ocupando más de 300 hectáreas”.
Es decir, el espacio intervenido sería mayor al que se autorizó utilizar mediante una consulta popular, en el 2018.
Para el ministro Pérez, este exhorto de la Defensoría del Pueblo “no debería afectar” a las nuevas intervenciones que están planificadas en el bloque 43 ITT, porque se cuenta con todas las licencias aprobadas y se han seguido todos los procedimientos.
Galárraga se pronunció en el mismo sentido. “Si nosotros paralizamos las operaciones el Estado dejaría de recibir alrededor de USD 500 millones al año, porque no podríamos continuar con el aumento de la producciónpetrolera”.
Además, Petroamazonas aseguró que las cifras que se manejan en este informe de la Defensoría del Pueblo no son precisas. Según la empresa, de las 133,46 hectáreas que cuentan con una licencia (permiso) para ser intervenidas dentro del Yasuní, se han desarrollado actividades en menos de la mitad, es decir en 59,6 hectáreas.
Por su parte, Manuel Bayón, integrante de Geografía Crítica, dijo que en el cálculo realizado durante la inspección se consideró el espacio intervenido y el impacto que se genera en el entorno, por el ruido, deforestación, polvo. Así se estableció que la zona afectada suma alrededor de 597 hectáreas. Pero advirtieron que esta cifra podría variar si construyen nuevos pozos o plataformas.
“El argumento de que el área afectada es solo la deforestada es anticientífico, desde el ámbito geográfico. La explotación petrolera genera también una afectación por el ruido, la emisión de aguas contaminantes, la combustión”.
Las operaciones petroleras, que se realizan dentro del Yasuní, son monitoreadas permanentemente por el Ministerio de Ambiente. Aparte, cada semestre se rinde cuentas a la Asamblea sobre las actividades que se realizan en ese territorio, aseguró Petroamazonas.
Con relación a las supuestas actividades petroleras dentro de la zonaintangible, la firma estatal reiteró que no se ha intervenido donde se asientan los pueblos en aislamiento voluntario.
Actualmente, las operaciones en estos bloques son regulares. Entre el bloque 43 ITT y Apaika (31) se producen 79 165 barriles por día, según el reporte de ayer de Petroamazonas.
Para profundizar en el desarrollo de la actividad petrolera en el Yasuní en esta semana estaba prevista una nueva inspección. El Colectivo Geografía Crítica del Ecuador esperaba sobrevolar drones y contar con el respaldo de un laboratorio certificado para conocer con mayor detalle los impactos que genera la explotación de crudo en esta zona. Pero al final esto no se concretó.
Fuente: El Comercio