Las iniciativas para combatir el cambio climático son amplias, pero a la hora de ponerlas en práctica, el financiamiento ha sido uno de los puntos que ha causado mayores discusiones.
La posible salida de Estados Unidos del Acuerdo de París y la ayuda que deberían dar los países desarrollados a los que están en vías de desarrollo son temas que generan incertidumbre. Para llegar a soluciones más concretas, esta semana se llevó a cabo la cumbre One Planet en París, donde se llegó a promesas más factibles en relación con el cambio de energías fósiles.
Una de las iniciativas que marcó el desarrollo de la cumbre fue el anuncio, por parte del Banco Mundial, de detener el financiamiento a la explotación de gas y petróleo desde el 2019. “En circunstancias excepcionales, se analizará la posibilidad de financiar este tipo de operaciones en los países más pobres”, dijo Jim Yong Kim, presidente del BM.
Este organismo, que fue uno de los organizadores de la convención junto al Gobierno de Francia y la ONU, busca que, de esta forma, el mercado se mueva hacia otra dirección. Además, el 28% de sus préstamos será dirigido a la acción climática desde el 2020 y, desde el próximo año, empezará a informar sobre las emisiones de gases de los proyectos de inversión que financia.
María Amparo Albán, directora ejecutiva de ACD Consulting y especializada en temas ambientales, considera que esta iniciativa es positiva para levantar los compromisos del Acuerdo de París, contrarrestar el debilitamiento que implicó la posición de EE.UU. y replantear las metas sin la presencia del país norteamericano.
“Se puede avanzar en compromisos que China y otros países europeos ya lograron trabajar”, dice Albán. En esta ocasión, China anunció que para el 2020, todas las empresas del país deberán divulgar su información sobre los impactos que generan.
Tras la pista de otro modelo de trabajo
En China continúan los esfuerzos para una transición hacia las energías renovables con la construcción de la planta solar flotante más grande del planeta. La Unión Europea, otro de los grandes actores, presentó su plan para “inversiones climáticamente inteligentes” por un valor aproximado de 9 000 millones de euros.
Para Albán, se necesita mayores recursos dirigidos a que los países en vías de desarrollo puedan cambiar sus agendas y cumplir con las políticas de cambio climático. Según el Ministerio del Ambiente, Ecuador defendió en One Planet “las responsabilidades comunes pero diferenciadas”. Como actual Presidente del grupo de G77+China, la posición del país es recordar el deber que tienen las naciones más poderosas y que son, al mismo tiempo, las mayores responsables de las emisiones.
El financiamiento
Medioambiente y BNP Paribas firmaron un acuerdo para establecer una asociación que pueda poner en marcha programas de financiación en los países en desarrollo. Se estima que el capital será de USD 10 000 millones para el año 2025.
En temas de conservación de suelo, Francia y Canadá liderarán el trabajo para implementar un fondo para la protección de la tierra. Para este proyecto se destinarán USD 300 millones.
La convención también se enfocó en el Caribe. Esta zona fue una de las más afectadas por los fenómenos naturales durante este año. Por eso se decidió establecer acciones específicas para su nivel de vulnerabilidad.
Durante las jornadas se anunció la creación de la Coalición Climáticamente Inteligente del Caribe. Según la ONU, el objetivo es que esta región se convierta en la primera “zona climáticamente inteligente del mundo”. Para esto se busca financiar un plan de USD 8 000 millones.
Es importante que reuniones como estas no se queden en buenas intenciones, dice Albán, sino que los gobiernos asuman compromisos obligatorios o vinculantes. A fin de cuentas, se busca que el planeta cuente con presupuestos para batallar contra el cambio climático.
Fuente: El Comercio