Los empresarios reconocen el buen momento de la economía, pero advierten que es efecto del aumento de precios internacionales y eliminación de salvaguardias.
Las cifras oficiales de crecimiento económico en el tercer trimestre de 2017 confirman el buen desempeño experimentado por gran parte de las ramas industriales del país, con excepción de petróleo, minas y, una vez más, la construcción.
La refinación de petróleo encabeza la lista de los 18 segmentos analizados por el Banco Central del Ecuador (BCE). (Ver infografía)
Influenció en ella que en el tercer trimestre las refinerías estuvieron en sus máximas potencias, explicó Verónica Artola, gerenta del BCE.
Dentro de lo positivo también están otros espacios destacados, como la acuacultura y pesca de camarón, comercio, y pesca.
En acuacultura y pesca de camarón el Gobierno señala que se han mantenido “niveles históricos de producción y exportación”, especialmente hacia el mercado asiático.
Interanualmente se evidencia crecimiento de la industria, pasando de 4,6% en el segundo trimestre a 5,4% en el tercero.
No ocurre lo mismo con la pesca que pasó de 6% a 1,7%. La disminución se debe a las vedas programadas, informó el Banco Central.
Bruno Leone, presidente de la Cámara Nacional de Pesquería, reconoció que la actividad atraviesa por un buen momento.
No obstante, aclaró Leone, la situación atiende a un aumento de los precios internacionales en ciertos productos, mas no a un mayor volumen de producción.
Con el atún, por ejemplo, el precio mejoró en un promedio de 25% y 30%, debido a que factores climáticos redujeron la oferta internacional. Favoreció, también, el acuerdo comercial con la Unión Europea (UE).
Aunque el escenario actual es positivo para Ecuador, Leone previno que el tema con los costos es algo momentáneo y que no se han generado nuevas plazas de empleo. “Los precios no siempre estarán altos”, puntualizó.
Para evitar que la industria sienta un fuerte impacto cuando los valores se normalicen, el funcionario recomendó implementar políticas de reducción de costos de producción y figuras de contratación acordes a la actividad. En la rama comercial las cosas marchan bien. Durante 2017 mantuvo un crecimiento constante con rendimientos trimestrales entre el 0,6% y el 1%.
Es bueno que suceda, dijo Xavier Patiño, presidente de la Cámara de Comercio de Cuenca (CCC).
Pero indicó que esta etapa no se debe precisamente a un desarrollo comercial pleno, sino que es efecto de la eliminación de las salvaguardias, lo cual “fue un detonante” para el crecimiento.
Ahora bien, Patiño anotó que el ritmo ascendente frenará por la aplicación de la tasa de control aduanero a las importaciones y el alza de aranceles a 375 subpartidas, anunciada para este año.
“Esto estimula a que la gente se asuste y empiece a comprar por miedo a que le impongan más aranceles”, describió Patiño.
La parte crítica de las Cuentas Nacionales nuevamente está en la construcción. La industria lleva 33 meses en decrecimiento.
Mauricio Cattani, vocero de la Asociación Ecuatoriana para la Construcción y el Empleo, insistió en que la principal razón de la caída es la Ley de Plusvalía, que desde su anuncio en 2015 desalentó las inversiones y ventas.
Si bien las expectativas del negocio mejoraron levemente con la oficialización de la consulta popular, la cual propone eliminar la norma, Cattani señaló que mientras no se tenga certeza sobre la normativa que reemplazará a la actual ley, la construcción continuará estancada.
Las reacciones
Responsabilidad compartida
→Para que el crecimiento de la economía sea sostenible en el mediano y largo plazo, la gerenta del Central manifestó que es necesaria la participación del sector privado, ya que mantener la situación no solo es responsabilidad del Gobierno.
1 por ciento de crecimiento en la construcción prevé el BCE, mediante el plan Casa para Todos.
Ministro cuestionó análisis
→El ministro de Finanzas, Carlos de la Torre, escribió en Twitter que no sabe qué afecta más a la economía, si la caída del precio del petróleo y la apreciación del dólar, o “los falsos análisis económicos”.
Fuente: El Telégrafo