El ITT convierte a Tiputini en un punto estratégico

Tiputini, un pequeño poblado ubicado en el corazón de la Amazonía, al que se llega después de viajar entre ocho y 10 horas en una embarcación, tiene hoteles, restaurantes, servicios básicos, vías adoquinadas y hasta un supermercado.

Ubicado a orillas del río Napo, esta localidad se ha convertido en un lugar estratégico por su proximidad con el bloque petrolero ITT (Ishpingo, Tambococha y Tiputini). Y está dejando de lado al Coca, que ahora es considerada como una ciudad de paso.

A diario, los trabajadores petroleros que prestan sus servicios en el ITT llegan tras culminar su jornada a este lugar, su base temporal. Para su traslado, que toma unos 15 minutos, usan botes rápidos.

En Tiputini recorren calles adoquinadas y señalizadas, aunque la presencia de carros es nula. La gente se moviliza en moto o bicicleta. Esta ciudad pertenece al cantón Aguarico, en Francisco de Orellana, cerca del límite con Perú.

Es una zona distante. En línea recta está a 173 kilómetros del Coca, capital de Francisco de Orellana, un trayecto similar entre Quito y Esmeraldas. Pero ahora los habitantes de Tiputini no requieren ir tan lejos para adquirir lo necesario para su sustento.

Los pobladores pueden encontrar en Tiputini medicamentos, productos de higiene personal, alimentos, artículos de papelería. Además, cuentan con tres hoteles, restaurantes, se dispone de luz, agua, teléfono y cobertura de Internet.

La explotación del ITT, que se inició en septiembre del 2016, ha hecho que en Tiputini se desarrollen estas actividades para cubrir las necesidades de los nuevos visitantes.

Actualmente, la localidad cuenta con una población de 1 000 personas. De ellas, 200 son flotantes, explicó Franklin Cox, alcalde de Aguarico.

Entre ellos están trabajadores de una empresa que está implementando un mecanismo para separar del crudo el gas y el agua, y de otra compañía encargada de hacer estudios ambientales.

Por la presencia de foráneos, la capacidad hotelera (100 plazas) está al 100%. De ahí que hay un nuevo proyecto de hospedaje, según constató este Diario en un recorrido realizado el fin de semana pasado. Aparte se rentan casas por unos USD 800 al mes para alojar al personal de empresas que trabajan para Petroamazonas, que está a cargo del ITT.

Pero la estancia es temporal. Cox reconoce que las personas permanecen en Tiputini hasta concluir el servicio o proyecto encargado y luego se van.

Visitantes y pobladores confluyen en un local comercial, que por sus características se lo compara con un supermercado tradicional de Quito.

En las perchas de Maxi-Maxi se ofrecen bebidas, pan, camarones, desodorantes y también se cambian cheques previo el pago de una comisión.

Jorge Villavicencio, propietario de este local, invirtió en este lugar porque tenía gran expectativa por el desarrollo petrolero que se tiene planificado en esta zona.

Su visión le motivó a dejar el Coca para radicarse en Tiputini, a mediados del 2013. Para abrir este negocio invirtió cerca de USD 350 000. “Antes la gente iba a comprar en el Coca para luego revender. Pagaban un dólar por una cola personal. Ahora cancelan 0,50”, cuenta el propietario de este negocio que genera 13 plazas de trabajo.

Además de Tiputini, la actividad petrolera ha tenido un impacto económico en ocho comunidades aledañas al bloque. En estas habitan personas de las nacionalidades kichwas y waorani, además de colonos.

Estos pobladores, quienes tradicionalmente se dedicaban a la agricultura o crianza de animales, ahora prestan sus servicios para Petroamazonas.

Laboran en las áreas de limpieza, lavandería, guías y otros. Representan el 50% de la mano de obra local empleada en el ITT.

En total, en este bloque trabajan 350 personas, refiere Crystiam Cevallos, gerente de responsabilidad integral de la petrolera estatal.

Uno de ellos es José Takup, morador de puerto Quinche. El hombre, quien antes se dedicaba a la docencia, limpia a diario las habitaciones del campamento y lleva la ropa a la lavandería para que su compañera Jenny Mendoza haga su parte.

Aparte de la mano de obra, la petrolera se abastece de verde, yuca y frutas, contrata el servicio de transporte fluvial y otros. En esto ha invertido USD 20 millones en este año. La inversión total en el ITT es de 2 026 millones desde el 2016.

Fuente: El Comercio