La crisis social y económica generada por la pandemia del coronavirus en Ecuador ha producido una paralización casi completa de las actividades, del tejido industrial, empresarial y con ello del movimiento de los motores que impulsan nuestro país y del flujo automotriz en general. Estas pérdidas económicas van de la mano de serias complicaciones para el abastecimiento de la demanda de lubricación en aquellas actividades esenciales priorizadas por las autoridades del país, que no pueden parar.
A medida que la situación sanitaria va mejorando, es preciso recuperar la actividad del Sector Lubricantes pues es un eslabón esencial para mantener en movimientos los motores del país, considerando además, que este eslabón está enfocado también a la exportación. La cadena del sector es tan amplia, desde usos industriales hasta el cambio de aceite que realiza el vehículo familiar o el motorizado que realiza despachos a domicilio, que este documento ha sido pensado incluyendo recomendaciones para las miles de lubricadoras que esperan ansiosas reactivar sus actividades.
Desde muy temprano las ventajas de adoptar protocolos comunes de seguridad resultó un objetivo evidente para las empresas reunidas en APEL. El objetivo de este protocolo es proporcionar aquellos principios comunes que permitan la continuidad y recuperación de la actividad industrial y comercial con plena garantía sanitaria para los trabajadores propios y ajenos, así como para los clientes de la cadena.
Este protocolo ha sido impulsado por todas empresas exportadoras, productoras e importadoras que forman parte de la Asociación Ecuatoriana de Lubricantes APEL y que en su conjunto abastecen alrededor del 90% de la demanda de lubricación del Ecuador. Aunque la resolución del COE del 2 de abril de 2020 habilitó a las empresas del sector para abastecer la demanda de lubricación de las actividades esenciales priorizadas por la autoridad nacional, aquello es solo una parte marginal de las necesidades nacionales de mantenimiento y de lubricación, más aún cuando se vislumbra ya una recuperación parcial de actividades a partir del 4 de Mayo.
Este protocolo servirá como referencia para toda la cadena del sector lubricantes. Su aplicación deberá adaptarse a la realidad individual y a las necesidades de cada parte del eslabón y principalmente a las disposiciones y directrices que las autoridades nacionales o locales puedan ir implementando conforme evolucione el conocimiento sobre la pandemia.
Finalmente, vale la pena considerar que este protocolo se basa en que las distintas empresas tendrán la capacidad legal y logística de adquirir los bienes e insumos de protección esenciales necesarios para llevarlo a cabo, así como mantener el stock necesario acorde con la continuidad de la actividad industrial y comercial.