Analistas económicos coinciden en que nueva deuda de $2.500 millones genera incertidumbre

Ecuador, con un nuevo Gobierno que lleva alrededor de cinco meses, se endeuda. Esta vez con $2.500 millones a un plazo de 10 años y con un rendimiento de 8,875%.

Es la mayor emisión de la deuda del país en décadas y la tercera que realiza este año, según lo reportó IFR, un servicio de información de Thomson Reuters.

Analistas consultados por EL UNIVERSO dan su perspectiva sobre la deuda, para qué se utilizaría, si era necesario y cómo estaría económicamente el Ecuador en los próximos años.

Alberto Acosta Burneo, editor de Análisis Semanal, considera que en el fondo no se solucionan los problemas de la economía y que en algún momento el Estado tendrá que gastar menos.

“Nadie puede vivir del endeudamiento. Es como una familia que pierde el empleo, no se puede esperar que esa familia siga gastando lo mismo, de manera indefinida, utilizando las tarjetas de crédito, estas tienen un cupo y cuando se llegue a ese cupo hay que pagar todas esas deudas. Lo mismo le sucede al Estado”, señala.

En cambio para el excandidato vicepresidencial (PSC-MG), Mauricio Pozo, esta decisión de endeudarse es el resultado del problema fiscal, falta de liquidez, déficit y de la ausencia de un programa económico con objetivos.

“Si no hay un programa que ordene el manejo fiscal, que delimite el tamaño del Estado, que le dé al sector privado el rol para que reemplace el crecimiento impulsado por el Estado por el sector privado, este proceso (de deuda) va a seguir”, añade.

Sin embargo, el analista Fidel Márquez cree que este préstamo da oxígeno al régimen para no meterse en grandes ajustes, aunque resalta que la solución a estos problemas sería heredada. “Esto va a pasar a las próximas generaciones, así de sencillo o al próximo gobierno”, enfatiza.

Acosta Burneo y Pozo cuestionan que la tasa de interés sea alta y a la vez que se supere las cifras del PIB. “Ya superó el monto legal permitido, en este momento no le importa y sigue colocando más bono, endeudándose más”, puntualiza Acosta Burneo, quien expresa que el país debe gastar menos para no adquirir deuda.

Para Pozo, el Ecuador tiene que volver a principios de prudencia fiscal. “La deuda no puede aumentar más allá de lo que crece la economía, el destino del endeudamiento tiene que estar predefinido”, agrega.

Los analistas concuerdan que los recursos obtenidos irían al gasto general para cubrir cualquier tipo de obligación.

¿Deuda de $4.000 millones?

Según Pozo, Ecuador adquiría una deuda cerca de $4.000 millones. $2.500 millones por la emisión de papeles, $200 millones por reserva de oro, $637,8 millones del préstamo del Directorio del Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR) y $ 400 millones por BanEcuador.

“Estamos hablando de cerca de 4.000 millones de dólares de nueva deuda en las últimas tres semanas y esto es obviamente un barril sin fondo y no se delinea el programa económico y no se empieza a corregir un tamaño excesivo del Estado para poder darle salida a la situación”, resalta.

¿Cómo estaría la economía de Ecuador en los próximos años?

Mauricio Pozo considera que seguir endeudándose y no ordenar las finanzas públicas provocaría que el empleo no mejore y que se ejecuten futuros impuestos.

Con esto último concuerda Acosta Burneo, quien sostiene que en enero de 2018 se buscaría un nuevo financiamiento. “Mientras no se reduzca el gasto público, continuamos con el mismo problema”, enfatiza.

En cambio, Márquez afirma que el gobierno de Lenín Moreno primero quiere ganar la “guerra” política que la económica. “Primero (quiere) ganar la guerra política, después ya verá como gana la batalla económica, pero ahora la prioridad del gobierno es lo político, no es lo económico”, dice.